Cicatrices hipertróficas y queloides
En los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento del proceso de la cicatrización de las heridas. El proceso cicatricial está regulado por diversos factores de crecimiento celular y por un equilibrio entre diferentes enzimas degradadoras de la matriz tisular y sus inhibidores. Durante el proceso de cicatrización normal tiene lugar una respuesta celular altamente coordinada tendente a restaurar la función y anatomía del tejido dañado.
Las cicatrices hipertróficas y los queloides son lesiones motivadas por reparación fibrosa excesiva de los tejidos cutáneos como consecuencia de una exagerada respuesta de la piel ante un traumatismo, herida o un proceso inflamatorio (tatuajes, quemaduras, inyecciones, vacunas, mordeduras, acné, abscesos o cirugía). Ambos tipos de cicatrices son más gruesas y de un color más intenso que las cicatrices habituales y causan un inestetismo importante.
Es importante diferenciar entre ambas entidades ya que la respuesta al tratamiento es muy diferente. La cicatriz hipertrófica se mantiene limitada al lugar exacto de la herida y, con el tiempo, tiende a disminuir mientras que el queloide se extiende más allá de los límites de la lesión original invadiendo la piel vecina con prolongaciones en forma de dientes y puede seguir aumentando de tamaño durante décadas.
Factores de riesgo
Se han identificado distintos factores de riesgo en la formación de las cicatrices hipertróficas y queloides:
1. Edad: Las personas con edades comprendidas entre 10 y 30 años son más susceptibles a la formación de este tipo de cicatrices.
2. Localización de la herida: Heridas situadas en las articulaciones y zonas con piel de mayor grosor o sometidas a mayor tensión están más predispuestas a la formación de cicatrices hipertróficas y queloides. Estas zonas son la región preesternal (línea media del tórax anterior), región superior de la espalda, oreja, y línea media abdominal. También influye la dirección de la herida respecto a las líneas de tensión de la piel, cicatrizando de una manera más estética las cicatrices paralelas a estas líneas.
3. Color de la piel: Las personas de raza negra o piel oscura/morena son más susceptibles a la formación de queloides. También tienen mayor tendencia a la hiperpigmentación de las cicatrices.
4. Factores genéticos: Existen estudios que indican la herencia como un factor de riesgo en la formación de cicatrices hipertróficas y queloides.
El queloide se caracteriza por ser una cicatriz dura, de epidermis fina y lisa, de color rojo o púrpura, que puede tener zonas de ulceración focalizadas. Puede causar problemas de quemazón, picor, dolor y en ciertos casos puede conducir a una importante limitación e incapacidad funcional, sobre todo cuando afecta a zonas de piel sobre articulaciones. Los queloides suelen aparecer a las 3 o 4 semanas del traumatismo y se desarrollan hasta los 2 o 3 meses, no remitiendo espontáneamente.
Tratamiento
Se ha visto que las cicatrices hipertróficas tienen una mejor respuesta al tratamiento que los queloides, sobre todo si se hace de manera preventiva.
Se han propuesto muchos tratamientos para los queloides pero han tenido altos índices de recidiva, siendo el peor la extirpación quirúrgica simple ya que recidiva en más del 90 % de los casos y los empeora en más del 30 %. Otros procedimientos como infiltraciones intralesionales con corticoides, presoterapia, crioterapia, láser, láminas de silicona y diversos procedimientos combinados han tenido unos índices de remisión muy escasos y un nivel de reaparición muy alto.
Uno de los tratamientos que mejores resultados está teniendo es la combinación de resección quirúrgica y radioterapia posterior inmediata. Según un estudio publicado en 2009 por los Dres. Bisbal y Guix (1), sobre 48 pacientes tratados por queloides con este procedimiento, observaron unos excelentes resultados, con un índice de recidivas inferior al 4 %, y una mejora en los síntomas clínicos en el 100 % de los casos.
Existe una amplia experiencia sobre el uso de la radioterapia en los queloides y muchos autores han descrito procedimientos que con el tiempo se han ido mejorando, especialmente por la evolución de los medios técnicos disponibles en la actualidad. Es un tratamiento indoloro, no requiere ingreso en clínica, puede hacerse bajo un elevado control y por consiguiente tiene un riesgo mínimo de producir secuelas.
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Bibliografía
1. Bisbal J, Guix B. Tratamiento combinado de los queloides mediante cirugía y braquiterapia. Cirugía plástica ibero-latinoamericana; 2009, 35:4.
2. C. Salem et al. Cicatrices hipertróficas y queloides. Cuadernos de cirugía. 2002; 16: 77-86.